Con una concurrencia atenta y participativa, se desarrolló la segunda sesión del año del Foro Universitario UC. El encuentro congregó de manera presencial a más de 50 integrantes, además de quienes se conectaron vía zoom, y fue moderado por el rector Ignacio Sánchez.
La iniciativa dio sus primeros pasos en el 2017, como un espacio de reflexión para debatir temas de interés para la institución. Hoy, tras cinco años de marcha, se ha convertido en un punto de encuentro de vital importancia para la convivencia de la comunidad. Sus miembros se reúnen en cuatro sesiones anuales, dos por semestre, para analizar y manifestar inquietudes en aspectos de importancia para el avance de la institución.
En esta última sesión del Foro UC se abordaron dos temas que concitaron gran interés y participación de quienes se congregaron en el auditorio del Centro de Innovación UC. La primera parte fue un análisis sobre los aspectos positivos y los más preocupantes de la propuesta de la Convención Constituyente para la nueva Constitución, y los pasos a seguir en caso de que gane el apruebo o el rechazo en el plebiscito del próximo 4 de septiembre. Las exposiciones estuvieron a cargo de las profesoras Julieta Suárez y Valeria Palanza de Instituto de Ciencia Política, y de los profesores Sebastián Soto y Patricio Zapata de la Facultad de Derecho. Posteriormente, Francisco Gallego director del Instituto para el Desarrollo Sustentable (IDS), presentó los avances y los desafíos que están en marcha en ese Instituto.
“Es muy importante para el Foro UC tener estos encuentros, porque nos permiten contar con un espacio de gran conversación sobre diversos temas y poder transmitir a los miembros de la comunidad, de primera fuente, lo más importante de las materias que estamos tratando”, señaló el rector Ignacio Sánchez.
Destacó también la presentación del profesor Francisco Gallego sobre el Instituto de Desarrollo Sustentable (IDS), “una temática que destaca todo lo que estamos haciendo en sustentabilidad y ecología integral en la universidad, a partir de los cursos de pregrado, de la reflexión y de la participación pública de nuestro cuerpo académico”.
Presidencialismo atenuado
Julieta Suárez-Cao, profesora del Instituto de Ciencia Política, inició las presentaciones, y rescató positivamente el sistema político y la forma de Estado en el proyecto de Nueva Constitución. “El presidencialismo atenuado promueve un mejor balance de poder ejecutivo-legislativo. Por su parte, el nuevo bicameralismo con representación en pie de igualdad de las regiones se acopla al Estado Regional y consolida el avance de la descentralización”, señaló.
Y agregó que le hubiera gustado una Constitución con un rol más decisivo para los partidos políticos, aunque entiende que se escribe en un contexto de alta desconfianza a estas instituciones. “Dentro de lo posible, me parece una buena idea haber dejado a la ley este tema. La desconfianza a la clase política también se observa en los límites a la reelección en cargos legislativos, personalmente creo que no es una buena idea que tenga un mandato tan acotado porque esto atenta contra la profesionalización de diputadas, diputados, asambleístas y representantes regionales”, comentó.
Por su parte, Valeria Palanza, también profesora del Instituto de Ciencia Política, recién electa decana de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política, declara que los dos puntos que más rescata del texto propuesto por la Convención Constituyente son los que dan respuesta al diagnóstico que propuso en su momento, de los motivos que llevaron al estallido. “Identifiqué las fallas en la representación política de la ciudadanía y los altos niveles de concentración del poder en el centro presidencial como causales del estallido”, sostiene. Agrega que el texto propuesto por la Convención Constituyente reduce los niveles de concentración de atribuciones legislativas en la presidencia, por ejemplo, mediante la restitución de la capacidad de iniciativa legislativa plena al cuerpo legislativo, y también reduce la concentración en la presidencia al descentralizar poder hacia las regiones. “En cuanto al fortalecimiento del vínculo de representación de la ciudadanía, esto se ve avanzado por medio del establecimiento de una democracia paritaria, que exige participación de las mujeres en el gobierno y en todos los cargos electivos, y por la incorporación de escaños reservados para pueblos originarios y el pueblo tribal afro-descendiente”, precisa.
Por el lado de lo negativo, Palanza señala que “aunque me gusta la asimetría entre cámaras, lamento que no se le hayan entregado más atribuciones a la Cámara de las Regiones en materias de relevancia regional. También que el tiempo haya sido tan escaso que la redacción no haya sido todo lo prolija que podría haber sido”, concluye.
En tanto, el profesor de la Facultad de Derecho Sebastián Soto, manifiesta: "Los elementos del proceso que destacaría son la incorporación de diversas reglas para fortalecer la probidad y la transparencia. También que se haya optado por mantener el presidencialismo como sistema político”. Respecto de los elementos que critica, "pienso que hay uno que atraviesa todo el proceso. Y ese es que la Convención y el borrador no ayudan a resolver nuestros problemas y, por el contrario, hacen más compleja su solución. La historia nos muestra que los cambios constitucionales pueden ser vehículos para resolver esos problemas, pero lamentablemente, en este caso la forma de abordarlos me hace temer que perdimos una gran oportunidad”, subraya.
Siete líneas de acción
En la segunda parte del encuentro, Francisco Gallego, director del Instituto para el Desarrollo Sustentable, expuso sobre su misión y avances. El IDS es una unidad académica interdisciplinaria creada en el año 2020, que busca ser un espacio de encuentro entre todas las facultades UC, con profesores compartidos, que desarrollan docencia, investigación y extensión de alto nivel sobre Desarrollo Sustentable, trabajando así en aspectos relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y muy influida por la invitación de la Encíclica Laudato SI a reconocer la integralidad de la situación de sustentabilidad actual, su doble dimensión social y ambiental y a actuar en concordancia.
Los desafíos que se ha propuesto el IDS están en un proceso de contratación de plantas ordinarias compartidas con otras facultades para poder aumentar la cantidad de profesoras y profesores y los temas involucrados. Además de armar una planta de profesoras y profesores por cortesía con otras unidades académicas.
Actualmente, el IDS ofrece docencia en pre y postgrado a más de 500 estudiantes con una oferta de formación general diversa. “El desafío es seguir aumentando tanto la cantidad como la variedad de la oferta de cursos y a expandir nuestro trabajo tanto a educación de postgrado como continua”, comenta.
Respecto de la investigación, el objetivo es activar las 7 líneas que tiene el IDS, que se relacionan con: Ética de la Casa Común, Transiciones y Transformaciones, Comunidad y Territorio, Biodiversidad y Ecología Humana, Agua, Educación para el Desarrollo Sustentable y Desarrollo y Gobernanza. “Esta activación se realizará con la creación de comunidades colaborativas que incorporan diferentes disciplinas. Este año también estamos partiendo nuestros Coloquios de Investigación sobre Desarrollo Sustentable”, apunta Gallego.
Finalmente, dice que parte del ADN del IDS es la colaboración con el medio. En esta línea destaca el trabajo activo de divulgación de ciencia relacionada con la sustentabilidad, en la colaboración con la generación de leyes relacionadas con el proyecto Vincula y la reciente creación del capítulo chileno de la Sustainable Development Solutions Network, que estará liderado desde el IDS.
Información periodística
Ana María Bolumburu
Dirección de Comunicaciones UC