La revista que lidera el ranking (Impact Factor) en el área de Relaciones Internacionales, “International Affairs”, publicó recientemente un número especial titulado“Deglobalization? The future of the liberal international order”, donde entrevistó a nuestra profesora Umut Aydin.
En este artículo se entrevistaron a varios expertos en el área sobre los impactos de la desglobalización en la política internacional. Si bien la desglobalización se refiere a una disminución de la interconexión e interdependencia global, las implicaciones de cambios tan amplios pueden ser complejas, por decir lo menos.
Los expertos, entre los que se encuentra nuestra académica, analizaron las implicancias y límites de la desglobalización para la competencia entre Estados Unidos y China, las potencias medias emergentes, la inmigración y el orden monetario internacional. Se les realizaron preguntas a partir de sus más recientes artículos publicados sobre el tema, el de nuestra profesora Aydin se titula "Emerging middle powers and the liberal international order", donde expone los casos de Turquía, México y los efectos del retroceso democrático y el populismo en la política exterior.
A partir de su investigación, la profesora Umut Aydin respondió la pregunta sobre el impacto del retroceso democrático en la política exterior de las potencias medias emergentes y qué papel ha jugado la desglobalización en este proceso. Aydin destacó tres factores: la desaceleración del comercio y la inversión que ha desencadenado aumento del populismo y nacionalismo; los crecientes sentimientos y políticas antinmigrantes en EE.UU; y la renuencia de EE.UU bajo el mandato de Trump a comprometerse con aliados y organizaciones internacionales.
“La desglobalización ha contribuido y reforzado los complejos factores internos asociados con el retroceso democrático en las potencias medias emergentes. En primer lugar, la desaceleración del comercio y la inversión que comenzó con la crisis financiera de 2008-2009 y se profundizó más recientemente, ha provocado un desempeño económico deficiente en las potencias medias emergentes y ha contribuido a un aumento del populismo y el nacionalismo. En segundo lugar, los crecientes sentimientos y políticas antiinmigrantes en los EE. UU. y la Unión Europea los han llevado a presionar o hacer acuerdos con las potencias emergentes para detener los flujos de migrantes y refugiados que se dirigen hacia Occidente, dañando las relaciones a más largo plazo basadas en la confianza y en las normas comunes. En tercer lugar, la renuencia de Estados Unidos bajo el presidente Trump a comprometerse con aliados y organizaciones internacionales, y la pérdida de apetito de la UE por la ampliación y una mayor integración, debilitó el apoyo transnacional a las fuerzas prodemocracia en las potencias medias emergentes”, detalló Aydin.
“Posteriormente, esto ha ayudado a sus líderes a justificar el alejamiento de los compromisos internacionales con la democracia, las mujeres y los derechos humanos en nombre de la protección de los intereses y las agendas nacionales”, finalizó.
Puede acceder a la entrevista aquí