Nuevo libro del profesor David Altman
Standing out from all other books on direct democracy, Citizenship and Contemporary Direct Democracy connects the study of direct democracy to the broader field of comparative democratization and to an important strand in normative democratic theory. Analyzing the relationship between direct democracy and representative government, this book is organized around three main sections: the origins of contemporary direct democracy, its functioning, and the ways to improve the use of direct democracy and its abuse. David Altman argues that citizen-initiated mechanisms of direct democracy constitute an important and viable way to re-invigorate current representative regimes by strengthening democracies' normative foundations - freedom and equity among citizens - which are particularly fragile in the context of unequal societies. Citizenship and Contemporary Direct Democracy demonstrates how citizen-initiated mechanisms of direct democracy empowers citizens, channels social demands, defuses violence, re-enchants citizens with politics, and breaks through some of the institutionalized barriers to accountability that arise in representative systems.
Table of Contents
1. Democratic innovations for representative governments
Part I. Origins:
2. Breaking through: the rebirth of direct democracy in the age of the national-state
3. Catching on: waves of adoption of citizen-initiated mechanisms of direct democracy since World War I
Part II. Nature:
4. Status quo bias? Political change through direct democracy
5. Left or right? Investigating potential ideological biases in contemporary direct democracy
Part III. Reform:
6. Why adopt direct democracy? Much more than a simple vote
7. How can direct democracy be improved? Citizens' commissions and citizens' counterproposals
8. Conclusions: a new democratic equilibrium
Appendices
References
Index.
Citizenship and Contemporary Direct Democracy
AUTHOR: David Altman, Pontificia Universidad Catolica de Chile
PUBLICATION PLANNED FOR: March 2019
FORMAT: Hardback
ISBN: 9781108496636
Se publica el Informe Anual de Democracia V-Dem 2018
A dos del lanzamiento de Varieties of Democracy (V-DEM), los gestores de esta idea revolucionaria para las ciencias sociales, dieron a conocer el informe anual 2018. El informe sintetiza algunas de las cifras comparativas del mundo y da cuenta de un balance de lo que ha sido este cambio de paradigma en cuanto a la observación y medición de la democracia.
El Informe de la democracia 2018 revela varias tendencias importantes:
- La autocratización hoy en día se está manifestando en varios países importantes, incluyendo Brasil, India, Rusia, Turquía y los Estados Unidos. Afectando a un tercio de la población mundial, unos 2.500 millones de personas.
- La exclusión producto del estatus socioeconómico se ha vuelto cada vez más importante desde la década de 1970. La exclusión política afecta ahora a los grupos más pobres en los países donde vive una cuarta parte de la población mundial, o casi 2 mil millones de personas. A pesar de los avances graduales, la inclusión sigue siendo una ilusión.
El académico del Instituto de Ciencia Política UC, David Altman, es parte del proyecto desde Chile y explica que, este reporte es un insumo orientado principalmente para policy makers y periodistas. Actualmente, V-DEM es capaz de levantar más de 19 millones de datos sobre diversos aspectos de la democracia, como la transparencia, la justicia o la libertad de prensa en cada nación. La variedad de datos (350 indicadores) y la magnitud del proyecto, asegura Altman, ha tenido una buena acogida en términos de citación de papers y valoración académica.
“Posiblemente V DEM es el proyecto de investigación en ciencias sociales más grande que hay en el mundo, lo que ofrece un montón de desafíos y preguntas. No teníamos algo tan focalizado”, expresa. Entre las novedades recientes de V-DEM, cuenta, se han incorporado cuatro países más, alcanzando 179, aunque aún quedan algunos micro estados por cubrir.
Un viaje por la democracia del mundo a través del tiempo
-¿De qué manera se ha consolidado V-DEM en la academia?
No es que le hayamos pegado un combo mortal a las otras mediciones de democracia, pero el uso y las citas son exponenciales. Se va a convertir en la mejor medida de democracia en sus variaciones. Lo ha sido y lo está siendo, cosa que nos entusiasma muchísimo. Esta idea empezó el 2003 acá en la UC. En 2008 empezó el tema concretamente. Recién ahora estamos empezando a ver los frutos.
- Sobre el reporte anual ¿de qué manera aterrizan la información para quienes no están involucrados con la ciencia política a un nivel académico?
Conocemos con los bueyes que aramos. El reporte en parte, es mostrar flashes del potencial de los datos. No hay estudios estadísticos pesados. Por ejemplo, en una página tienes ordenado de acuerdo a la visión más liberal de democracia hasta rangos de confianza, donde terminas con Norcorea. Se trata de traducir a un lenguaje más asequible, a la gente que no necesariamente se dedica a esto. En ese sentido ha sido muy exitoso. Te lo puedo decir por las bajadas y comentarios informales que hemos recibido. Tienes estudios de casos, está muy gráficamente muy apetecible.
-La crisis de la democracia en sintonía con el cuestionamiento al establishment ¿se ve reflejado en índices recientes de V-DEM?
Sí, ha habido pequeñas bajas, pero no sabría decirte si son significativas ¿trasciende la pura casualidad del movimiento de una línea en evolución? No lo sabemos porque hace muy poquito empezó a caer. Hay señales de alerta, hay países donde es más evidente que en otros, el caso brasilero ha sobresalido, Venezuela va con la pendiente para abajo. Chile ha bajado un poco, pero todavía no sabemos si es una cuestión de puras casualidades o si se está revirtiendo la tendencia positiva que teníamos hace algún tiempo.
-¿Hay otros temas en específicos que estén estudiando?
La crisis de la democracia es un atajo. No todos los aspectos de la democracia están en crisis, existe un cierto desánimo y desafección cívica, pero no en todos lados. Muchos problemas no son porque la gente esté desanimada, sino porque la gente esperaba resultados distintos. No es que el Brexit resultó por el desánimo de los británicos, sino que el resto del mundo quería que eso no pasara. No es que los americanos dejaron de votar y por eso salió Trump, sino que votaron y fue el mundo el que no quería que saliera él. Los resultados no ocurrieron como se esperaban.
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