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Alumna de Ciencia Política participará en investigación sobre el rol de los grupos estudiantiles en el protocolo de abuso sexual de la universidad



Rocío Maldonado
, estudiante de Ciencia Política, e Ignacia Vergara, de Derecho, fueron seleccionadas por el Concurso de investigación interdisciplinaria para pregrado 2019, para desarrollar su proyecto sobre el papel que juegan los grupos estudiantiles, tanto movimientos políticos como a nivel facultad o territorio, en el protocolo de abuso sexual de la universidad y qué percepción tienen de este reglamento. 

Rocío e Ignacia, no se conocían antes de emprender esta investigación, de hecho ni siquiera estudian en el mismo Campus. Rocío relata que el origen del tema se dio gracias a las clases de la académica del ICP, Julieta Suárez-Cao, que posteriormente se convirtió en la profesora guía: “Surgió por la intersección de dos clases que tenía el semestre pasado que eran ‘Técnicas cualitativas e investigación’ con la profesora Julieta y ‘Mujeres y políticas en América Latina’. Entonces en un momento hicimos unas lecturas sobre las instituciones y cómo la organización feminista surgía en contraposición con esta”.

El proyecto titulado “Protocolo de abuso sexual universitario: Consideraciones jurídico-sociales y el rol de los grupos estudiantiles”, consiste en investigar cómo agrupaciones de estudiantes, se organizan para levantar las demandas de acoso sexual, y de qué manera, el tratamiento de estas demandas se alinean o contraponen con la visión de la universidad. 

La investigación se realizará a través de entrevistas en profundidad a actores relevantes en la toma de decisiones y en la implementación del protocolo en caso de abuso sexual. Luego, se analizarán las respuestas y se compararán con protocolos en instituciones extranjeras. Finalmente, se extraerán conclusiones para entregar recomendaciones a la institución sobre los protocolos, mientras se obtiene una imagen completa sobre cómo funcionan estos grupos estudiantiles.

Roció indicó que decidieron tratar este tema en particular porque “es el momento para escribir sobre esto. Hay muchas cosas al respecto que no se entienden o no se saben a nivel académico en la Universidad, creo que no saben de dónde vienen estas demandas de acoso, cómo se formulan y se presentan. Creo que la Universidad necesita más información desde adentro, lo ve mucho desde arriba y necesita más información desde abajo”.

Vimos el año pasado que hay muchas acciones que se toman desde los movimientos políticos o desde las asambleas de mujeres que pueden ir incluso en contra de la legalidad del país. Hay que ver que cómo se organizan estos grupos: si se respeta la privacidad de las víctimas, si se cumple el debido proceso, si se respeta la salud mental, etc”, agrega Rocío.

Las estudiantes asegurar que uno de los principales objetivos es que los movimientos estudiantiles entreguen su percepción de cómo ha cambiado en el último tiempo las situaciones de acoso sexual. “Queremos hacer una parte critica al final de cómo creemos nosotras en qué están fallando, cuáles son los problemas de legalidad, que yo pienso que van a ser bastantes. Un análisis de cómo funcionan las instituciones, si están en contraposición con ellas mismas , si dentro están cohesionadas”, indica Rocío.

En cuanto a los resultados que esperan obtener, Ignacia confiesa que “es casi imposible no esperar que indiquen que todavía queda mucho por avanzar, no sólo a nivel de protocolo, sino que incluso a través de instancias informales en las que día a día comparten alumnos, profesores y funcionarios en general”. 

En tanto, Rocío aventura que “dentro de los movimientos políticos van a haber muchas irregularidades, de casos muy sensibles, casos de ocultamiento. Probablemente si tuviera que adivinar, los grupos que ofrezcan más presión a la institucionalidad van a ser los menos considerados por rectoría. Y probablemente algunas personas o grupos van a ser reacios a hablar con nosotras”.

Sin lugar a dudas este proyecto es importante para la sociedad actual debido a la alta tasa de denuncias de abuso sexual en las instituciones educacionales.  “Hace un año este proyecto era importante , este año es más importante y el próximo año va a ser el doble de importante, porque las demandas siguen siendo las mismas y no se ha avanzado. No tengo ninguna arrogancia al pensar que este proyecto va a ser que las cosas se den vuelta y mejoren, y las demandas se cumplan. Esa no es la intención. Yo creo que cualquier ayuda que pueda recibir rectoría para encausar su negociación en va a ser bienvenida”, indica Rocío.

Ignacia, también asevera que el tratamiento de este tema es fundamental en este momento: “ha logrado traspasar las barreras sociales hasta llegar a la agenda actual, lo que le ha dado visibilidad a un problema que siempre ha existido, pero que nunca se ha tomado con la seriedad que merece. Actualmente tenemos las posibilidades de generar un cambio, tanto desde las acciones informales como desde la academia” 

Creo que Rocío y yo estamos de acuerdo con que existe una ruptura en el canal que une a los profesionales que guían actualmente el protocolo y los alumnos que intervienen en el proceso, por lo que uno los objetivos de esta investigación es que sea útil para estructurar y fortalecer un puente que inspire confianza, a través de la transparencia y la efectiva protección a las personas vulneradas”, finaliza Ignacia. 

El proyecto se realizará durante el presente año, y sus resultados se darán a conocer durante el mes de noviembre.